Nevaba fuertemente en el exterior del edificio sede del canal de televisión canadiense C.N.T.V. En su interior, Verónica concedía una entrevista sobre el tema de la manipulación genética. Ya estaban llegando al final del programa y la presentadora estaba encantada con las respuestas que había recibido de la experta en genética. Al regreso de los comerciales, la reportera le hizo la siguiente pregunta:
—¿Está Verónica Álvarez satisfecha con lo que está sucediendo en el mundo en este momento?
Verónica se aclaró la garganta rápidamente y mirando a su entrevistadora a los ojos le respondió:
Bueno, para empezar, muchas gracias por haberme invitado a tu programa. La verdad es que yo estoy muy contenta con el rumbo que llevan las cosas. Niños y niñas con sistemas inmunitarios impenetrables dan como resultado niños y niñas más felices y, madres y padres más felices. ¿Es lógico, no?, menos gastos en salud, menos estrés, mejor sueño. Mejor sueño. Es increíble, pero lo hemos logrado. Nuestra gente duerme mejor. Nuestra gente descansa mucho mejor. Y todo eso se debe en parte a que los niños y las niñas de la actualidad tienen un mejor rendimiento en la escuela y una salud sólida. Todo esto junto se traduce en un mejor bienestar general.
¡Es lo mejor que nos ha sucedido!, no entiendo por qué siempre hay gente que lo quiere arruinar todo. Dejen que el mundo avance y si no les gusta, regresen a sus cuevas y vivan como neandertales. Las segundas generaciones están mostrando el camino. El camino justo de la humanidad y no hay nada más hermoso que la justicia.
―Vale, sí, la verdad es que yo también lo veo así, pero dime, ¿puedo hacerte una pregunta más? ―preguntó con timidez la amable reportera canadiense. Verónica respondió rápidamente:
―Sí, claro, dime ―la reportera sonrió levemente, asintió con la cabeza y prosiguió:
―¿Qué opina Verónica Álvarez sobre la nueva ley de procreación que ha sido impuesta en todos los territorios del M.O.U.? Como usted ya se habrá enterado hoy en día, hay que ser mayor de dieciocho años para poder quedar embarazada. Las mujeres que no acaten la ley serán encarceladas, tendrán que abortar y sus ovarios serán removidos. Verónica dirigió la mirada hacia el público y respondió:
―Bueno, la verdad es que todo lo nuevo es chocante. Somos animales de rutina. Estamos acostumbrados a ciertas cosas y no nos gusta el cambio. Pero sinceramente creo que esa ley tiene una intención muy buena. Los niños deben ser criados por adultos. Los niños deben ser concebidos por personas maduras. Una muchachita de quince años no tiene la capacidad para ser madre, pues aún es una niña en cierto sentido. En todo caso yo estoy de acuerdo con la nueva ley.